Los sistemas de protección solar, de un modo u otro, llevan cientos de años siendo aplicados en construcción, aunque ha sido durante el siglo XX el período en el que han cobrado más relevancia como elementos arquitectónicos técnicos y estéticos. En sus inicios, la madera era el material por excelencia y a partir de la segunda mitad del siglo, con la extensión del uso de metales, es el aluminio el material más utilizado, tanto por su durabilidad como por su disponibilidad, seguido por el acero por su resistencia y economía. Gracias al uso de estos materiales, se ha popularizado la incorporación de las celosías en los diseños arquitectónicos, sobre todo en las zonas con mas horas de sol, como es el caso del sur de Europa.


Celosías de Lamas para protección solar de fachadas
Las celosías de lamas, independientemente del material del que estén compuestas, están pensadas para mejorar la habitabilidad del interior de las estancias, reduciendo por un lado la incidencia directa del sol y por otro permitiendo la regulación de la entrada de luz natural. Con su aplicación delante de las ventanas, se consigue además evitar el efecto invernadero en los edificios, colaborando activamente en la eficiencia energética de las construcciones.
Además de los factores ya comentados, las celosías para protección solar son un recurso de diseño con posibilidades prácticamente ilimitadas, bien sea por la disponibilidad de formas como por las materias primas de base, para integrar las lamas en un diseño más complejo, hacerlas destacar como un elemento principal, o incluso diseñar una fachada íntegramente con nuestro sistema combinado de lamas fijas, orientables y de revestimiento.